La actividad comercial internacional debe ser entendida y gestionada con una nueva mentalidad, surgida de la constante adaptación al cambio, el profundo análisis de los factores que inciden en el proceso y la aplicación del pensamiento estratégico a la toma de decisiones.
miércoles, 5 de octubre de 2011
La pérdida repentina de un lider: Estrategia para gestionar el plan de sucesión en la empresa
"La gestión de sucesión requiere de la movilización de todos los empleados para alcanzar objetivos. Éstos necesitan comprender de forma clara la dirección, la estrategia, y cómo sus acciones contribuyen al éxito de la misma"
Ausencia del líder y plan de sucesión de la empresa
La salida de Steve Jobs de Apple demuestra que, aunque noticias como ésta pueden generar una conmoción en la Bolsa, la compañía estaba preparada. Tim Cook pasó a ocuparse de las operaciones cuando Jobs se dio de baja por motivos médicos.
Tras estudiar la situación de más de 1.000 altos directivos, encontramos que sólo una de cada cinco organizaciones estaba preparada para gestionar la repentina pérdida de líderes claves (el 14% estaba bien preparada mientras que sólo un 61% estaba "algo preparada" y un 25% no estaba preparada).
Más de la mitad de quienes participaron en este estudio nos dijeron que sus compañías habían puesto en marcha procesos de sucesión entre sus altos directivos, aunque sólo un 40% de ellas planificaba la sucesión entre los niveles medios de gestión y profesionales especializados.
Estos estudios nos indican la potencial crisis de sucesión entre los directivos empresariales. Son muy pocas las empresas listas para gestionar la sucesión, en un caso de emergencia, a alto nivel; o lo que es lo mismo, hay un gran número de compañías que incurre en altos riesgos a este nivel.
Cada vez que se produce la salida de un directivo senior, la proyección externa de la imagen se ve en peligro, generando un potencial impacto negativo sobre sus valores en Bolsa. Además, cuando se produce una salida repentina, o no planificada, de un empleado se generan costes financieros inmediatos.
La mayoría de las empresas falla al plantear la sucesión en los niveles inferiores a la alta dirección. Cuando ocurren cambios no planificados, el resultado es un caos interno con una disrupción de la continuidad, innovación en productos, o atención a los clientes (generándose desafección entre éstos).
Se genera una cuesta arriba complicada, y que dura hasta que la nueva incorporación se transforma en efectiva contribuyendo de forma positiva. Otro aspecto a considerar es que la moral y el compromiso se ven afectados negativamente, y este malestar impacta sobre la creatividad, la productividad y el rendimiento de los empleados.
En nuestro estudio, sólo la mitad de las compañías considera que su capacidad de enfrentarse a estos problemas es adecuada; ¡sólo un 10% considera que su capacidad de respuesta es robusta¡
Entre las compañías que consideran adecuada su capacidad de planificación frente a la sucesión, la realidad es que los gestores senior sólo prestan una atención relativa al programa de sucesión y no están comprometidos en el desarrollo y la promoción entre sus cuadros (incluso cuando esta planificación sólo está orientada a los ejecutivos).
La gestión de sucesión requiere de la movilización de todos los empleados para alcanzar objetivos. Los empleados necesitan comprender de forma clara la dirección, la estrategia, y cómo sus acciones contribuyen al éxito de la misma.
Hoy, las nuevas generaciones esperan oportunidades para crecer, aprender y contribuir; necesitan entender dónde y cómo encajan sus talentos en la empresa. La gestión de la sucesión provee de la plataforma que asegura la orientación de los empleados y su compromiso con los objetivos que mejoran el rendimiento de la empresa.
Planificar una sucesión suave y ordenada es esencial; aun así, conseguir que los líderes se centren en el proceso de sucesión es todo un reto. Incluso los mejores líderes pueden no querer considerar escenarios de este tipo y encontrar, hacer crecer y retener a líderes "en espera" para la sucesión no es nada fácil. Durante los últimos años, los gestores empresariales se han centrado en la reducción de costes y la supervivencia de la compañía.
Esto no es suficiente a medio plazo. Ahora es el momento de invertir en la sostenibilidad y las ventajas competitivas basadas en el uso efectivo del talento: tener a los mejores en puestos de liderazgo tales que permitan su incorporación a funciones más elevadas. Además, son muchos los ejecutivos que están reconsiderando su retiro al ver que sus ingresos y ahorros han caído durante todo este proceso de recesión; de ahí la necesidad de saber quiénes piensan retirarse a corto plazo.
El plan de sucesión en las organizaciones
Para crear un plan sólido de sucesión necesitamos cubrir nueve etapas:
1-. Crear y articular una estrategia de sucesión para el presente y el futuro.
2-. Asegurarse de que el entorno de directivos senior comunica, apoya y participa activamente en este programa.
3-. Conseguir, a través de ejemplos de sucesión que se produzcan con asiduidad, que los empleados observen regularmente casos de promoción basados en el rendimiento dentro de la compañía. Sólo así se demuestra que el proceso de sucesión es real y que la estrategia funciona.
4-. Informar a los empleados de su importancia en este proceso.
5-. Evaluar objetivamente el talento interno para hacer frente a las necesidades del negocio hoy, y las que se plantearán en el futuro.
6-. Asegurarse de que los planes de desarrollo reflejan las competencias requeridas y se alinean claramente con los valores establecidos.
7-. Validar constantemente la confianza en los empleados a través del desarrollo de los mismos, de manera que tengan éxito.
8-. Hacer de este desarrollo una parte integral de la cultura de la empresa, de manera que sea un proceso con medidas y expectativas.
9-. Orientar todos los esfuerzos de desarrollo hacia las necesidades del negocio y la estrategia.
Conclusión
Si estos puntos se cumplen, veremos cómo se crea un sistema de sucesión efectivo dentro de la gestión. Lo importante en todo caso es evitar que incidentes como la muerte prematura o invalidez del líder pongan en riesgo la continuidad de la compañía.
Aunque la organización esté pasando por problemas internos, los compromisos con clientes y proveedores continúan, y no atenderlos puede afectar tanto a la compañía que incluso ésta podría no recuperse.
Construir una empresa es un proceso largo, pero perderla es cuestión de meses o días de un trabajo poco sólido y un ambiente de incertidumbre
Fuente: Sandi Edward /Exective Excellence
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