La actividad comercial internacional debe ser entendida y gestionada con una nueva mentalidad, surgida de la constante adaptación al cambio, el profundo análisis de los factores que inciden en el proceso y la aplicación del pensamiento estratégico a la toma de decisiones.
lunes, 9 de diciembre de 2019
Efectos del proteccionismo comercial en el escenario internacional de los intercambios: ¿Mito o realidad?
"Si la idea de que las ganancias y beneficios del comercio constituyen, muy probablemente, el aspecto más relevante de la teoría económica internacional, la polémica creada entre el impulso del libre comercio o la necesidad de aplicar políticas proteccionista es, actualmente, uno de los temas de debate más recurrentes desde el punto de vista de la política económica internacional."
Desde la aparición de los estados-nación en el siglo XVI, los gobiernos han tenido y manifestado una preocupación permanente por los efectos que la competencia internacional tiene sobre la prosperidad del tejido empresarial nacional y, en consecuencia han tratado de defenderla el tejido empresarial propio de la competencia exterior, imponiendo límites a las importaciones, o bien de ayudarlas a la hora de competir en el exterior, subvencionando las exportaciones.
En este sentido, uno de los pocos aspectos de la economía en los que existe un amplio y mayoritario consenso es el que se refiere a las desventajas que reporta el impedir que las naciones comercien libremente, mediante el establecimiento de aranceles y otras medidas no arancelarias, que pueden parecer oportunas en un determinado momento, cuando en realidad siempre son poco realistas.
El consenso se fundamenta en que está demostrado que, a medio y/o largo plazo, dichas medidas terminan por repercutir en el crecimiento económico global porque generan incertidumbres y desconfianza , además de las consiguientes pérdidas económicas y dificultades para las empresas que realizan intercambios comerciales internacionales, algo que, sin duda, termina por afectar a todos los actores implicados en el escenario trasnacional de los negocios, desde los países que deciden establecer dichas medidas hasta las empresas, los consumidores finales y a la ciudadanía en general.
Argumentos a favor del proteccionismo.
Como es lógico los gobiernos que deciden adoptar medidas comerciales proteccionistas de carácter temporal tratan de defenderse, armarse y explicar con argumentos la posición que pretenden sustentar. Las razones que alegan pueden ser muy variadas pero siempre están condicionadas por las amenazas de un escenario económico asociado a la pérdida de competitividad de su tejido empresarial en un contexto caracterizado por la imposibilidad manifiesta para hacer frente a dicha situación con medidas eficientes y eficaces que puedan revertir el curso de los acontecimientos. Entre los argumentos más recurrentes, utilizados y relevantes cabe destacar:
1. Argumento fundamentado en el desplazamiento de la relación real de los intercambios, o el poder de mercado.
Cuando un país grande establece un arancel va a ejercer una presión a la baja sobre el precio del producto importado y, por tanto, generará un beneficio en su relación real de un intercambio -precio de las exportaciones/precio de las importaciones- que terminará aumentando. Este beneficio debe ser comparado con los costes derivados del establecimiento del arancel, que surgen debido a que dicha medida distorsiona los incentivos a la producción y al consumo. Sin embargo, es posible que en algunos casos el efecto sobre la relación real de intercambio del arancel sea superior a sus costes, por lo que existe un argumento de aumento en la relación real de intercambio a favor del establecimiento de un arancel.
El argumento sólo es válido en la medida en que las compras del país que adopta el arancel sean lo suficientemente importantes como para afectar de forma significativa a los precios del producto importado en los mercados mundiales, o dicho en otros términos, que se trate de un país con poder de mercado.
2. Argumento de la industria naciente.
Se trata de un argumento que habitualmente es utilizado para justificar la adopción de políticas proteccionistas en los países en vías de desarrollo, aunque no sea el único escenario comercial en el que se suele aplicar.
De acuerdo con esta medida, cuando emerge una industria o actividad en un país se ve incapacitada, en esa fase inicial para competir en condiciones de igualdad con las empresas extranjeras “maduras”, es decir, aquellas que fueron establecidas anteriormente. Para permitir que la actividad naciente se desarrolle será necesario que los gobiernos apoyen temporalmente a las nuevas industrias, hasta que tenga un tamaño y capacidades suficientes para enfrentarse a la competencia internacional.
El argumento de la industria naciente que puede, en un principio, resultar muy plausible y razonable, no está exento de críticas, siendo muchas las dudas e interrogantes que genera. Entre algunos de ellos cabría destacar los siguientes: ¿qué criterio seguir para evaluar cuáles son las industrias en las que el país tendrá ventaja comparativa en el futuro?, ¿cómo determinar cuándo la industria ha crecido suficientemente para retirar la protección?, ¿qué hacer si la industria nunca acaba de crecer?, etc.
3. El argumento del anti-dumping.
En este caso la adopción de medidas proteccionistas se fundamenta y justifica en la necesidad de proteger la industria nacional frente a la competencia salvaje de empresas extranjeras que están llevando a cabo prácticas desleales, ya sean éstas mediante la venta en los mercados exteriores a un precio inferior al coste sui generis o a un precio inferior al establecido en el mercado de origen.
Un argumento añadido y asociado a dicha tesis es el que considera que determinados países llevan a cabo un “dumping social”, como consecuencia de los bajos costes a los que producen gracias a los reducidos salarios y/o a la inexistencia de unas condiciones laborales y sociales mínimas para los trabajadores que desarrollan su actividad en el país de fabricación y/o de montaje de la mercancía exportada.
4. El argumento de la baja competitividad.
Algunos países deciden adoptar medidas proteccionistas, generalmente de carácter transitorio, con la finalidad – así lo entienden- de poder hacer frente a la mayor y mejor competitividad en precios respecto a empresas de otras naciones competidoras.
En este sentido, y a la hora de buscar una explicación de por qué son tan grandes las dificultades para alcanzar el libre comercio global debemos tener en cuenta quién sale beneficiado y quién sale perjudicado del establecimiento de barreras comerciales.
La reflexión clave es que aunque el avance hacia el libre comercio beneficie al conjunto de la sociedad y al tejido empresarial de un país, probablemente se va a producir un conflicto de intereses entre aquellos grupos que salen beneficiados y aquellos que se ven perjudicados por las medidas adoptadas por los correspondientes gobiernos, siendo precisamente ese conflicto de intereses dentro de las naciones el mayor obstáculo que existe en materia de apertura comercial - puede llegar a superar, incluso, a los los conflictos de intereses que puedan producirse a nivel internacional, entre naciones-.
En este escenario el poder relativo de los diferentes grupos de presión dentro de los países, en mayor medida que el interés nacional global, puede acabar por determinar las políticas gubernamentales con respecto al comercio internacional, lo que motiva mayores trabas y barreras para avanzar hacia el libre comercio.
Escenario global y efectos reales del proteccionismo comercial : Una falacia económica de repercusiones altamente desfavorables para gobiernos, empresas y ciudadanos.
Muchos países adoptan medidas proteccionistas a los intercambios comerciales por entender que la entrada de mercancías en su mercado interior afecta y perjudica irremisiblemente su normal funcionamiento, mermando así las capacidades, competitividad y productividad de su tejido empresarial y poniendo en serias dificultades los procesos de exportación de dichas compañías hacia los mercados exteriores.
En este sentido, y en el escenario global del comercio en el que cualquier nación debe enmarcarse, la adopción de dichas medidas termina por generar el efecto perverso de reducir ostensiblemente los intercambios y ralentizar el crecimiento económico…. ¿por qué y cómo se llega a dicha situación?.
Es innegable que le hecho de recurrir al proteccionismo produce repercusión inmediata, beneficiosa y efectiva en el mercado en el que son aplicadas, ya que produce el freno de las importaciones y fomenta la producción de la empresa nacional... pero no hay que olvidar que se trata de dificultar la entrada de materias primas a un determinado territorio aduanero, por lo que si dicha decisión restrictiva de los intercambios perdura en el tiempo esas materias primas comenzarán a escasear, lo que desembocará en una subida generalizada de los precios para poder hacer frente a la insuficiencia de recursos materiales para la producción.
En una segunda etapa es habitual que surjan mercados paralelos que traten de dar respuesta al desabastecimiento de productos, lo que además repercute negativamente en las políticas impositivas y la fiscalidad del país que adopta la medida. Así, la situación sufre un empeoramiento progresivo, momento en el que las autoridades deciden optar por intervenir los precios con la finalidad de tratar de evitar que se produzca el colapso de la economía nacional, lo que termina por producir efectos y daños irreversibles a los intereses económicos y la imagen del país a nivel internacional.
Por todo ello, parece evidente que la adopción de medidas proteccionistas, ya sea a través de la imposición de barreras arancelarias, no arancelarias, o mediante el recurso a ambas figuras aplicadas de forma simultánea, debe seguir un proceso de reflexión meditado, objetivo y estratégico en el que se valore tanto la duración de las mismas, como el sector en el que van a ser aplicadas y los efectos que pueden producir en el mercado interior afectado por la decisión.
Está demostrado empíricamente: En un mundo altamente interconectado como en el que vivimos el impulso y la aplicación de medidas proteccionistas por parte de los gobiernos sólo puede generar efectos altamente perniciosos para la totalidad de los agentes que intervienen en los procesos económicos y en los intercambios comerciales como elemento estratégico primordial para impulsar el crecimiento y la mejora progresiva de las condiciones de vida de los ciudadanos, porque limita, destruye, genera inseguridad, desconfianza, incertidumbres, y porque, más pronto o más tarde, termina por llevar a cualquier economía por la senda del fracaso anunciado.
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