martes, 3 de mayo de 2016

Gestión empresarial del siglo XXI: El "Desing Management" como estrategia y cultura de innovación

"El design management es una herramienta de gestión en la organización de una empresa que resulta útil en negocios de cualquier sector".

Gestión empresarial del siglo XXI: El "Desing Management" como estrategia y cultura de innovación.

En la mayoría de casos el desing management consigue generar innovación a partir de elementos ya preexistentes en la cultura de la organización, abriendo el abanico de productos y servicios a nuevos horizontes, lo que los ingleses definirían como la estrategia de los “Blue Oceans”.

El design management ha conseguido y consigue acelerar el ciclo de innovación de todas las tipologías de empresas: Desde las micro, las pequeñas hasta la medianas y grandes. Los design managers suelen tener en consideración todos los stakeholders, aumentando la efectividad en comparación con los métodos tradicionales para diseñar productos o servicios.

En momentos de escasos recursos como los que hemos vivido, ha sido y es fundamental entender y concebir el diseño como un trampolín para la innovación y como parte integral de un negocio que reinventa la cadena de valor. A través de la gestión de estrategias de diseño, procesos y proyectos, se han creado nuevos valores y se ha podido alargar o incluso replantear el ciclo de vida de muchos productos.

El diseño, esencial para adaptarse a las necesidades del usuario.

En estos últimos años, el diseño ha demostrado ser una herramienta útil y eficaz también en el ámbito del management, sobre todo por su capacidad de integrar los modelos de negocio con los sistemas sociales y ofrecer soluciones a los problemas colectivos mediante la combinación de instrumentos técnicos; por su carácter transversal e interdisciplinar y su capacidad de intervención metodológica, empática e innovadora.

Una gran cantidad de casos de éxito evidencian la capacidad del diseño para generar, no solamente productos, sino estrategias y conceptos, anticipando y generando soluciones para mejorar las actividades de las empresas y su relación con nuestro entorno.

El proceso de diseño se desarrolla a través de las fases de investigación, generación de ideas, creación, prototipación y validación de las propuestas con la experimentación en el entorno social de los usuarios.

Design research, interaction design, experience strategy o user experience, nuevas herramientas para el trabajo con los clientes.

Desde los años noventa, los pesos pesados del ámbito del diseño de producto se reformularon aplicando metodologías del diseño convencional en el ámbito empresarial. Estudios de diseño se transformaron en consultorías, como por ejemplo IDEO, que legitimaron herramientas de diseño centradas en el usuario como enfoque hacia la innovación en grandes empresas.

A partir de ese momento empezaron a desarrollarse nuevas herramientas como el design research, el interaction design, la experience strategy o la user experience y nuevas formas de trabajo como la co-creación, las cuales son clave para el trabajo con los clientes.

Actualmente, el incremento de consultorías de diseño es evidente, las cuales están cada vez más centradas en el diseño de innovación y, aún más, en la innovación digital.

Más departamentos de innovación y start-ups.

En el ámbito empresarial cada vez más empresas están incorporando departamentos de innovación liderados por design managers y, en ocasiones, son las mismas consultorías las que desarrollan estos departamentos para grandes corporaciones. Un ejemplo son los bancos, quienes están creando departamentos de innovación que tienen el objetivo de redefinir la experiencia del público en los espacios físicos de las sucursales.

El fenómeno de las start-ups se ha convertido en sinónimo de innovación, un sector donde cada vez hay más diseñadores que asesoran a este tipo de empresas y utilizan una estrategia centrada en la innovación de productos y servicios que contribuye a minimizar riesgos y tener más probabilidad de un crecimiento económico sostenible a largo plazo.

Actualmente, el emprendimiento en España dista de países como Alemania o Reino Unido, aunque ha aumentado en experiencia y madurez. Según un estudio de Startupexplore, la mayor comunidad de start-ups e inversores de España, en 2015 la creación de empresas de base tecnológica en nuestro país incrementó a un ritmo del 26% respecto al 2014, con un total de más de 5.000 empresas. La financiación obtuvo en 2015 niveles récord, cuando se cerraron rondas por un valor superior a 500 millones de euros. La reciente venta de Privalia constituye el primer verdadero caso de éxito español a escala mundial.

Hacia la educación del diseño: clave para el éxito en la gestión y creación de empresas y servicios.

Desde el mundo educativo tenemos la responsabilidad y el reto de educar a los líderes del futuro. Una de las cualidades más importantes de los futuros diseñadores será la capacidad de afrontar y adaptarse al cambio. No solo formarse, sino transformar y crear valor para el futuro cercano de la sociedad.

En este contexto, el diseño permite gestionar la complejidad del valor de la idea por la cual se conseguirán respuestas y resultados eficaces y socialmente útiles. El diseño utiliza el pensamiento creativo para realizar un proyecto, por esta razón, los diseñadores pueden ser agentes de cambio tanto en empresas como en instituciones.

La design education ocupará un papel central en la formación, de acuerdo con los cambios sociales, económicos y tecnológicos, y un conjunto de valores universalmente compartidos. La metodología del design thinking se enfoca en la elaboración de prototipos y se basa en la parte del doing (hacer), la cual enriquece la parte del thinking (pensar).

Por ello, los design managers trabajan entre diferentes modelos mentales y diferentes disciplinas. No temen al fracaso ni a los errores de sus propios prototipos; este es el punto crucial de su ejercicio, la clave de su aprendizaje, optimizar con y para el usuario hasta encontrar las respuestas al problema.

Respecto a la educación tradicional, las escuelas de diseño van un paso adelante y piensan qué podría hacer una compañía en el futuro, siguiendo una metodología innovadora que genere posibles escenarios reales presentes y futuros y creando cadenas de valor alternativas. La formación debe concebirse como un espacio de experiencias de aprendizaje que funciona como laboratorio de innovación transversal y que tiene la vocación de formar a las futuras generaciones de diseñadores.

En este sentido, la multidisciplinariedad será otra de las claves para encontrar soluciones innovadoras a retos sociales. Un ejemplo es el proyecto Challenge Based Innovation desarrollado en colaboración con el CERN, donde estudiantes de ESADE (management), UPC (ingeniería) y el IED Barcelona (diseño) trabajaron conjuntamente para solventar problemáticas actuales, como por ejemplo el desperdicio de alimentos.

Según Thomas Frey, director ejecutivo del Instituto DaVinci y experto en innovación, tecnología y educación, el 60% del empleo de los próximos años está sin inventar. Los jóvenes del milenio empiezan a realizar muchos de los cambios que impulsarán las nuevas profesiones y los retos del mañana. Lo harán desde sus empresas, pero también desde departamentos de innovación.

También debemos tener en cuenta que los diseñadores del mañana llevarán incorporado el ADN millennial. Esta generación formada por personas nacidas en los ochenta y noventa, ven la vida a través de las pantallas conectadas y utilizan la tecnología para dar respuestas disruptivas a los problemas tradicionales. Trabajan mejor que otras generaciones en ambientes multiculturales y se preocupan por el impacto de la actividad de su trabajo en la sociedad; son más solidarios, menos individualistas.

Hoy en día, los jóvenes se sienten cada vez más preocupados por la brecha entre la educación y el empleo. Consideran que las universidades no están conectadas con sus metas futuras y las empresas no se comprometen con ellos de forma significativa. Demandan una formación distinta a la impartida hasta ahora.

Lo que viene: la era de la inteligencia artificial y las redes de colaboración.

En los últimos años, el diseño ha añadido poco a poco a su capacidad de actuar sobre bienes y productos –en su forma y funcionalidad–, una actividad más amplia. Traspasando las fronteras de la producción masiva ha aterrizado en un inmenso territorio organizado y controlado por bytes digitales, en el cual merece la pena subrayar algunos elementos estratégicos como Internet, los nuevos medios de comunicación móvil y, en general, el contenido generado por los social media.

Esta verdadera revolución (aún en curso) se desarrolla a través de un conjunto de tres coordenadas espaciales que impulsan su evolución: la velocidad de conexión, la portabilidad y la facilidad de uso, es decir, el uso intuitivo del usuario final. Dentro de pocos años vamos a ser testigos de la aparición de una importante cuarta dimensión: La inteligencia artificial.

En el escenario digital, el diseño ejerce una gran influencia sobre el desarrollo de hardware, y también, sobre el software, y nos da una maravillosa lección sobre cómo el paradigma del mercado –como único factor regulador– puede ser sustituido por la lógica de la red de colaboración o la filosofía Wiki.

Por ejemplo, el sector de las wearable technologies implica un alto porcentaje de elementos subconscientes e irracionales personales y, en parte, colectivos que hacen que los nuevos dispositivos sean aceptados o rechazados en el mercado. Si a esto añadimos los entornos jurídicos que regulan la privacidad, los impactos en términos de salud y los precios elevados en la mayoría de los casos, observamos que el desarrollo existe pero es más complejo de lo que parece.

En este tipo de entornos, las metodologías del design management, gracias a su capacidad para empatizar con los usuarios, generar posibles escenarios futuros y crear cadenas de valor alternativas, consiguen desarrollar productos que triunfan en el escenario actual.

Una nueva forma de liderazgo creativo basado en la innovación y el diseño.

Los empresarios, directivos de empresas, gestores de proyectos, responsables de RR.HH. y emprendedores deberán mentalizarse de que para innovar y gestionar empresas y equipos, deberán conocer y aplicar los fundamentos básicos del pensamiento del diseño.

En la era de la colaboración, el único camino será reinventar la figura de los líderes, quienes serán más creativos, visualizarán mejor el futuro y sabrán contagiar a los demás trabajadores con su entusiasmo. Tendrán un papel decisivo en la creación de estructuras organizativas pensadas para las personas. La innovación será un trabajo compartido por todos y la imagen del líder carismático o el genio que se sitúa en lo alto de la pirámide de las organizaciones, irá desapareciendo y quedándose desactualizada.

Conclusión.

La figura del design manager es necesaria en negocios de cualquier sector. Posee el talento necesario para entender cómo explorar y crear nuevos valores generando una verdadera cultura de la innovación.

En este sentido no hay que olvidar que un gestor del diseño habla el mismo idioma que un ejecutivo del mundo de los negocios. Vive en ambos mundos, en el del negocio y en el del diseño. Es una metodología extremadamente efectiva en el momento de crear valor tangible o intangible para cualquier empresa o industria en la que se emplee... sin duda, en el diseño está una de las claves del futuro empresarial.

Fuente: Alessandro Manetti - Director del IED Barcelona Escuela Superior de Diseño/ Executive Excellence

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