martes, 24 de mayo de 2011

Comienza la década de Latinoamérica: Un mercado para la inversión y el desarrollo de negocios


"Latinoamérica ha aprendido las lecciones del pasado y es una de las regiones más atractivas para invertir y desarrollar nuevos negocios"

La economía de la región

Estamos en el inicio de lo que el BID ha dado en llamar "la década de América Latina", el decenio que va de 2010 a 2020. La región ha superado con éxito la crisis financiera internacional y se dispone a encarar los próximos años con moderado y justificado optimismo.

La región crecerá de forma estable y no inflacionaria, gracias a su prudente gestión de las políticas económicas, lo que le permitirá apuntalar el proceso de cambio social iniciado antes del comienzo de la grave crisis mundial, con una sgnificativa mejora de la distribución de la renta y un continuado y estable crecimiento de las clases medias.

Estas clases medias en expansión son y serán las responsables de mejorar la calidad de las instituciones democráticas y los derechos jurídicos, claves para aumentar el potencial de crecimiento de los países. En este contexto, Latinoamérica se constituye como una de las regiones más atractivas para la inversión y el desarrollo de nuevos negocios.

Dentro de esta década, el año 2011 viene marcado por la consolidación de la recuperación económica, con un crecimiento estimado del PIB regional del 4,5% de media. El crecimiento seguirá apoyándose en la demanda interna, especialmente en la inversión y el consumo privados.

El clima de mayor confianza sobre la evolución de las economías de la región, en contraste con el lento crecimiento de las naciones más desarrolladas, y una mejor disponibilidad de crédito, han constituido importantes incentivos para la inversión en el año 2010, y continuará durante el 2011.

De igual modo, la mejora de las expectativas, el aumento del crédito al consumo y ,en algunos casos, las medidas de apoyo social puestas en marcha por buena parte de los gobiernos de la región, han inducido la recuperación del consumo privado, y sus efectos comirnzan a retroalimentarse con la mejora del mercado laboral.

Conforme fue avanzando la reactivación y desapareciendo los recursos ociosos, la inflación comenzó a repuntar hasta el rango del 5%.5,5% de promedio ( excepción especialmente llamativa es el caso de Venezuela), si bien los gobiernos han tomado medidas para facilitar el crecimiento de los IPC´S en su convergencia a la baja.

Políticas fiscales en Latinoamérica

La politica fiscal contribuirá también a la consecución de la estabilidad macroeconómica. Aunque con una respuesta más lenta que la política monetaria los gobiernos han comenzado a retirar los estímulos puestos en marcha durante la dura crisis internacional.

Algo aprendido de crisis pasadas es que, para hacerles frente, hay que ser capaz de desarrollar políticas contra-cíclicas en apoyo de la economía cuando es preciso, siendo ágiles a la hora de planear su retirada para evitar que el deterioro fiscal acabe degenerando en un proceso de "crowding-out" del sector privado que pueda afectar a la sostenibilidad del crecimiento.

Los principales países de América Latina lo plasmaron con la creación de unas reglas de responsabilidad fiscal que les ha llevado a alcanzar la calificación de "Investment Grade" otorgada por las agencias de rating.

En 2011 se están realizando nuevos progresos en la materia, gracias al aumento de los ingresos fiscales ligados al crecimiento económico y la contención del gasto.

Latinoamérica: El sector exterior

Durante el año 2011 Latinoamérica sigue contando con la inestimable ayuda del diniamismo de las economías asiáticas, que en 2010 constituyeron la principal fuente de demanda para las exportaciones de la región, en especial de materias primas. En este sentido se espera que también EE.UU se incorpore al proceso de recuperación, beneficiando a los países de la región que mantienen fuertes vínculos comerciales con el gigante americano.

Ya en 2010, el comercio internacional ha sido uno de los principales factores impulsores de la reactivación de las economías latinoamericanas: mientras que en el mundo el crecimiento del comercio internacional ronda el 23%, en América Latina es superior al 28%.

Este sólido crecimiento de las exportaciones ha permitido que, pese al fuerte tirón de las importaciones, que crecen al 32% anual, la balanza comercial se haya mantenido e superávit, y la balanza por cuenta corriente registre un déficit moderado, cercano al 1,5% del PIB.

El crecimiento de las importaciones viene explicado por el aumento del volumen importado, del 28% anual, con subida de los precios de importación dde solo un 3,3%. Es decir, que se ha producido una intensa mejoría de los términos de comercio internacional a favor de América Latina, lo que se traduce en una mejora de la renta relativa de la región y del nivel de vida de sus habitantes.

En 2011 el entorno de volatilidad en los mercados financieros internacionales puede afectar de forma adversa a los precios de las exportaciones latinoamericanas, proceso que comenzó en 2010 con los precios máximos de las materias primas. Pra la demanda externa de la región, en términos reales, se esperan también aumentos sustanciales, gracias al dinamismo de las economías asiáticas y a que las naciones más desarrolladas comienzan a incorporarse a la recuperación mundial.

Inversión extranjera en Latinoamérica

En las condiciones actuales de abundante liquidez global, Latinoamérica está siendo uno de los destinos preferidos por los inversores. Las holgadas posiciones de cuenta corriente y los importantes flujos de entrada de capitales están apreciando, en términos nominales, los tipos de cambio y propiciando una fuerte acumulación de reservas internacionales que ya se sitúan, para el conjunto de los siete principales países, en cotas superiores a los 550.000 millones de dólares.

Este elevado saldo de reservas internacionales constituye una sólida base de resistencia ante eventuales shocks externos, como quedó plenamente demostrado entre los años 2008 y 2009.

La adecuada gestión de la liquidez por la entrada de capitales permitirá un aumento sostenido de la demanda interna, con la contrapartida de un deterioro de la balanza comercial y de cuenta corriente, a la vez que la apreciación cambiaria contribuirá a la contención de la inflación.

La recuperación de las economías desarrolladas, aunque sea inferior a la de las naciones emergentes, está comenzando a contribuir al re-equilibrio de los mercados de bienes y capitales, y en consecuencia, a los mercados cambiarios.

En el plano interno será necesario elevar el ahorro nacional, mediante el refuerzo del equilibrio fiscal a medio plazo y la progresiva reducción de la deuda pública. Estos factores conducirán al necesario aumento de la inversión, que debe ser el verdadero motor del desarrollo económico de la región, y que estará financiada tanto por inversores no residentes como por inversores locales.

Conclusiones

En definitiva, buenas perspectivas para la región gracias al aprendizaje de los gobiernos latinoamericanos en los últimos años, que han obtenido una nota de sobresaliente en su gestión de la reciente crisis internacional. Aún así, los procesos de evaluación son contínuos, y no se debe bajar la guardia.

Latinoamérica está ahora en el camino correcto para alcanzar niveles de desarrollo y prosperidad impensables hace unas décadas.

Fuente: Pulso Exterior

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