lunes, 30 de julio de 2012

Managment estratégico en entornos complejos: Diez razones para contratar un experto


"En el día a día de la dirección de la empresa es posible que surja la necesidad de realizar una cierta labor para la que no estamos muy preparados, ni nosotros ni nuestros empleados/colaboradores. Puede ser porque no nos guste, porque no se nos dé bien o, simplemente, porque no lo hemos hecho nunca."

Managment estratégico en entornos complejos: Diez razones para contratar un experto

Estas situaciones se dan muy a menudo, más de lo que podemos pensar, sobre todo en tiempos de cambios estratégicos y reestructuraciones. Es en esos momentos cuando la solución más acertada y la más económica es confiar en la gestión de expertos.

Es obvio que no va a contratar a ningún experto para realizar lo que Ud. (o alguien de su organización) sabe hacer mejor, pero para todo lo demás… ¿Por qué no? Aquí se expone diez razones.

1. Conocimiento: Los conocimientos que posee un experto son, con mucho, muy superiores a los que Ud, puede tener disponibles. Es una simple cuestión de dedicación (el porcentaje de tiempo dedicado a esas labores frente al que Ud. dedica), de repetición y de frescura (¿cuándo fue la última vez que trató ese tema?).

2. Ajuste a la legalidad: Principalmente en algunos ámbitos muy volátiles en términos jurídicos, las leyes según las cuales hay que realizar unas tareas concretas se renuevan cada pocos meses. Únicamente alguien que se dedique plenamente a realizar esas tareas continuamente puede estar seguro de cumplir al cien por cien con las exigencias y requisitos legales.

3. Eficiencia: Los dos primeros argumentos implican unos sólidos conocimientos en la materia y la repetición habitual de las operaciones que Ud. va a encargar. Es lógico que un experto realice el trabajo en mucho menos tiempo que a Ud. Y eso, en definitiva, siempre supone un ahorro de dinero.

4. Perspectiva: Nuestra visión de nuestra propia organización es inevitablemente sesgada y muchas veces es necesario alguien de fuera para percibir objetivamente los datos y la situación.

5. Falta de emotividad: Tras analizar la situación será muchas veces necesario tomar decisiones que pueden verse, y mucho, influenciadas por nuestros sentimientos (nuestra trayectoria anterior, los lazos personales entablados, etc.). Un experto nunca tendrá ese problema y sus decisiones serán, en ese aspecto, de mayor calidad.

6. Facilidad de aceptación de las conclusiones: Muy relacionado con la razón anterior, pero también muy cierto. Una organización percibe implícitamente todas los argumentos que estoy desglosando aquí y acepta de mucho mejor grado las conclusiones incómodas cuando vienen de alguien externo, objetivo e imparcial.

7. Visión global: Por su trabajo para otras organizaciones el experto tiene un conocimiento de la situación actual mucho más renovado que el de uno mismo, percibe antes los cambios en el entorno mercantil de un determinado sector y puede actuar en consecuencia, mucho más si el experto o la red de expertos tiene ámbito internacional, como es el caso de nuestro patrocinador.

8. Conocimiento de la competencia: Sí, nuestro experto puede haber trabajado para competidores nuestros, así que sabe dónde podemos mejorar y muy posiblemente haya visto grandes ideas implantadas en otras organizaciones que pueden sernos muy útiles.

9. Es un contacto comercial: Al final las relaciones de prestaciones de servicios también ponen en contacto a organizaciones y a personas. Es muy habitual que alguien a quien hemos contratado para realizar una labor concreta perciba lo bien que funcionamos en nuestro ámbito y nos recomiende a futuros clientes.

10. Puede convertirse en un experto: Las redes de expertos siempre están dispuestas a ampliarse y tú puedes ser el experto que otras muchas organizaciones necesitan.

¿Tiene más razones? ¿Discrepa de alguna?

Fuente: Managers Magazine

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